15 curiosidades sobre Rafael Caldera

 

¿Sabía usted que…?

Rafael Caldera haciendo ejercicio en una caminadora en su residencia de Tinajero (Foto: Vasco Szinetar, 1989).

1

 

Quedó huérfano de madre a los dos años y fue criado por su tía materna y su esposo, por lo que él decía que tenía dos papás: su padre biológico, Rafael Caldera Izaguirre, y su tío y padre adoptivo, Tomás Liscano Giménez. Los diferenciaba llamando al primero «papá» y al segundo «mi papá». Bellos elogios hizo de ambos en San Felipe, en el centenario del nacimiento del primero, y en Caracas, al incorporarse en el sillón que ocupaba el segundo en la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.

 

2

 

Sabía taquigrafía, mecanografía y hasta encuadernaba libros. Aprendió en San Felipe, durante el año que transucurrió al terminar la primaria, por no haber podido comenzar el bachillerato ya que no había un solo Liceo en todo el estado Yaracuy. Sus padres adoptivos no quisieron enviarlo interno a Barquisimeto y esperaron al año siguiente para establecerse en Caracas, donde hizo el bachillerato.

 

3

 

Sufrió seriamente del estómago en su juventud en lo que le diagnosticaban como gastritis crónica y le trataban con antiácidos. Había perdido mucho peso y un médico descubrió que, por el contrario, su estómago no producía ácido. De allí en adelante, durante toda su vida, tuvo que tomar cápsulas de ácido para poder digerir las comidas.

 

4

 

Académico, universitario y político era también conocido por su habilidad en el dominó, pero tenía otras: jugaba perinola, ping-pong, billar y bolas criollas; era excelente poniendo inyecciones y un gran bailarín, siendo el joropo uno de sus predilectos. Le hacían rueda cuando lo bailaba con Alicia.

 

5

 

Nunca fue un gran deportista, pero se ejercitaba diariamente en una caminadora, hasta que la enfermedad de Parkinson se lo impidió. Disfrutaba los espectáculos deportivos, como el fútbol y el béisbol, y solía ir a ver los juegos de pelota vasca en el Centro Vasco de Caracas.

 

6

 

Cuando repartieron los colores para los partidos políticos, el representante de COPEI en el Consejo Supremo Electoral lo llamó para decirle: «Aquí se están repartiendo los colores, ya AD agarró el blanco y URD el amarillo, qué hago?». A lo que Caldera respondió: «Escoge el verde, que es el color que le gusta a Alicia».

 

Después se daría cuenta que el verde es el color que simboliza la esperanza.

 

7

 

Estuvo completamente aislado en una prisión durante cuatro meses (del 20 de agosto al 24 de diciembre de 1957), durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Recitaba en voz alta para no perder la voz y caminaba una hora diaria en la cárcel para ejercitarse. El único libro que le permitieron leer fue la Biblia y decía que, gracias a la prisión, la leyó íntegramente.

 

8

 

Al contrario del frecuente comentario de que usaba gomina, se peinaba con «Tricófero de Barry» y posteriormente con «Vaselina Yardley».

 

9

 

Católico practicante, se propuso hacer los «primeros viernes», es decir, aparte de los domingos, iba a misa los primeros viernes de cada mes. Lo hizo durante toda su vida, estuviere donde estuviere – ya fuera en China o en Cuba – y nunca falló.

 

10

 

Fue quien le propuso, en audiencia privada, Juan Pablo II, con quien tuvo una cercana amistad, escribir una nueva Encíclica que renovara la Populorum Progressio. De allí nació la Encíclica Solicitullo Rei Socialis.

 

11

 

Nunca vivió fuera de Venezuela. El tiempo más largo que estuvo en el exterior fue de tan sólo mes y medio. Sin embargo, dominaba varios idiomas y tuvo una gran proyección internacional. Los doctorados y profesorados honorarios que recibió en el extranjero los recibía como un hombre «hecho cien por ciento en Venezuela».

 

12

 

En su primer gobierno aumentó la superficie del territorio de Venezuela. Se produjo una rectificación de límites con Brasil que incrementó la superficie de 912.050 a 916.445 kilómetros cuadrados.

 

13

 

Conoció a Alicia en una fiesta en Los Teques, a la que ésta asistió en sustitución de su hermana mayor, Corina, quien estaba enferma. Al conocerla, Caldera le dijo: «¿dónde te tenía escondida Corina?».

 

14

 

Desde los tiempos de José María Vargas hasta la juramentación de Rafael Caldera en 1969, ningún otro académico y profesor universitario había accedido a la Presidencia Constitucional de la República. Un cuarto de siglo después, el 2 de febrero de 1994, se daría la afortunada coincidencia que un académico y profesor universitario, Ramón J. Velásquez, quien había sido designado Presidente por el Senado, le impusiera a otro par y colega suyo, la banda presidencial. Sería a Caldera, quien accedía así a su segunda presidencia.

 

15

 

Le gustaba mucho celebrar la Navidad –más que el Año Nuevo– y Dios se lo llevó en las vísperas de la Navidad del año 2009.