Rafael Caldera en 1958. Foto de Pedro Flores.

El fracaso del candidato único estuvo en la base de la fórmula

Entrevista realizada por el periodista Rafael Viloria para el diario La Esfera, 7 de octubre de 1958.

  • URD no apoyó «con calor» la candidatura de Vegas.
  • Hagamos compromisos para evitar la guerra a muerte.
  • Mi nombre es factor de armonías, no de odios…

El Dr. Rafael Caldera, jefe supremo del partido socialcristiano COPEI, desmintió las afirmaciones que se han hecho de que su partido pasará a la abierta oposición en caso de que el Contralmirante Larrázabal sea electo Presidente Constitucional.

Caldera, brillante profesor universitario y político de clara dialéctica, fue consultado acerca de este punto, ayer a las 7 pm, cuando hizo su entrada al local donde el COPEI celebra su VII Convención Nacional, y respondió lo siguiente:

–Cualquiera que sea el Presidente electo, COPEI le dará toda la cooperación y el respaldo necesario para que haga un gobierno democrático, sólido y fuerte. La fortaleza política del gobierno democrático es uno de los asuntos que más interesan y preocupan al Copei, y respecto a Larrazábal dijo lo siguiente:

–Al gobierno provisional actual, y al que resulte designado después de la salida del Contralmirante para encabezar su campaña electoral, le daremos todo el respaldo necesario, en la misma forma en que lo hemos venido haciendo hasta el presente.

La salida de Larrazábal

Preguntamos al líder copeyano si el Copei ha sido consultado con respecto a la estructuración del gobierno provisional después de la salida de Larrazábal, y él dijo que no se ha producido ninguna consulta a ese respecto.

Al preguntársele entonces si considera que los partidos deben ser consultados, manifestó:

–Creo que los partidos deben ser consultados para resolver un asunto de tanto interés para todos. Manifestó que el Copei considera precisamente que uno de los inconvenientes que plantea la candidatura de Larrazábal es ése: el de la reorganización del gobierno provisional.

¿Está conforme el Copei con que el doctor Edgar Sanabria sea el nuevo Presidente de la Junta de Gobierno?

–Como ese asunto no nos ha sido planteado por el actual gobierno, no nos hemos detenido a pensarlo, pero personalmente creo que el doctor Edgar Sanabria puede ser un buen candidato a Presidente de la Junta de Gobierno. Añadió que no cree que el doctor Sanabria pueda recibir objeciones.

Historia de la caída de la candidatura única

A las 7 de la noche, cuando se efectuaba esta entrevista con el líder principal del social cristianismo, el partido no había decidido del todo su posición ante las candidaturas presidenciales. Adentro del Teatro «Alcázar», quinientos delegados continuaban discutiendo el asunto, y analizando «todas las fórmulas y proposiciones que están sobre el tapete».

Dijo el doctor Caldera que la candidatura única de los partidos era una buena idea para evitar las pugnas interpartidistas que pudieran debilitar la base del próximo gobierno:

–Inmediatamente después del 23 de enero –recordó el dirigente copeyano– estábamos en Nueva York, Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba y yo. Entonces, en una reunión con ellos les propuse no sólo una candidatura presidencial única sino también la elaboración de planchas unitarias para el Congreso y las legislaturas provinciales, con inclusión de un fuerte contingente de independientes que sirvieran como de amortiguador de las luchas internas que podían desatarse dentro de los cuerpos colegiados.

En cuanto llegué aquí, COPEI celebró una pequeña convención o pleno de dirigentes, como dice Acción Democrática, y el resultado fue que se autorizó a nuestra Dirección Nacional para negociar una fórmula electoral conjunta con los demás partidos políticos, que evitara la lucha en todo lo posible. De modo que, mucho antes de las mesas redondas y de todo ese alarde propagandístico que se hizo, COPEI celebró reuniones, recibiendo de parte de algunos de esos partidos una negativa cortés. AD alegó que había que contar los votos, y nosotros manifestamos que eso no era obstáculo para contarlos. No pensábamos en eso que Jóvito Villalba llamó «planchas paritarias», o sea con representación igual para todos los partidos, sino en dar alrededor de un 15%  de las bancas para cada partido y el 40% restante a los independientes.

Fracasó esta proposición y también fracaso hasta ahora la candidatura presidencial única. La proximidad al acuerdo llegó cuando surgió la candidatura del doctor Vegas, pero en honor a la verdad, y para ser justos, debo decir que URD no apoyó con mucho calor la candidatura del doctor Vegas.

Según el doctor Caldera, hubo un error de estrategia muy serio en la presentación de la candidatura única. El doctor Caldera dice que es cierto y positivo que la inmensa mayoría del pueblo, organizado o no, desea una oportunidad de escogencia, desea el ejercer el derecho de escoger, y recuerda que el Contralmirante Larrazábal ha sido partidario de escoger entre varios, lo mismo URD y lo mismo AD, quien en su mitin inicial del Nuevo Circo recogió por boca de su presidente, Rómulo Betancourt, la tesis de que no debe haber candidato único porque «único es sólo Dios», como lo afirmó un prestigioso sacerdote venezolano.

Caldera admite que esta idea está muy generalizada y que es muy legítima, pero sostiene que antes de entrar a hablar del candidato único debió hacerse primero una vasta campaña de opinión para ganar adeptos en pro de la candidatura única, debió hacerse un pronunciamiento de tipo general sobre la conveniencia del candidato único, y sólo después de tal pronunciamiento y después de tal captación de simpatías era cuando venía a ser procedente entrar a discutir nombres que pudieran representar tal estado de conciencia colectiva. Pero como las cosas se hicieron a la inversa, resultó que no se pusieron de acuerdo los partidos en torno a ningún nombre, y la opinión pública siguió favoreciendo a grandes rasgos y sin análisis previos la idea elemental de varias candidaturas para escoger.

Según el doctor Rafael Caldera, el fracaso de la idea estuvo en la base de la misma idea, porque los partidos nunca llegaron a identificarse en torno a la idea general del candidato único.

Rafael Caldera y Rómulo Betancourt. Foto publicada por la Revista Momento, el 7 de noviembre de 1958.

No es peligrosa del todo la pluralidad de candidaturas

Fracasada tal estrategia, solicitamos del doctor Caldera decirnos si la postulación de tres candidatos es peligrosa a su juicio, y volvió el dialéctico a situar todos los puntos del problema antes de dar su definición categórica:

–En principio –dijo, la lucha electoral es peligrosa; estamos en un momento  de delicada transición, en el cual deben hacerse todos los sacrificios adecuados para garantizar el proceso que estamos viviendo. Ahora, esto no quiere decir que fracasadas como están las proposiciones unitarias, no pueda resolverse la situación de otro modo. El Contralmirante Larrazábal ha dicho que es mejor varias candidaturas y que se puedan adquirir compromisos previos para evitar que la lucha degenere en una guerra a muerte, es lo que hay que hacer. Toda lucha electoral emana calor, gran calor. Habrá calor político en la lucha electoral, no hay duda. Lo que queda por hacer a nuestro juicio toca en grado especial a nosotros los dirigentes. Hay que dar lecciones claras y visibles de espíritu de concordia, de espíritu amistoso y respetuoso hacia el adversario. Le puedo asegurar que COPEI no es y no será un elemento de división, ¡no lo será! –repite. Mi nombre, lanzado a la lucha o no, es factor de armonía, no de odios.

Rafael Caldera estaba en plan de dar una alta lección de civilismo, y los periodistas locales le dimos la oportunidad para que lo hiciera. Amable y sonriente, masticando un «chiclet» y bromeando cuando había lugar, Caldera repitió que para COPEI lo esencial no es estar dentro del próximo gobierno. Puede estar dentro o fuera, según como vengan los acontecimientos, pero en todo caso, dentro o fuera, brindará su respaldo sincero para que el presidente electo, sea quien fuere, realice su período en un ambiente de fraternidad cívica.

Respecto de su candidatura dijo no saber qué se había decidido, ni siquiera si se había decidido algo, pero como en ese momento entraban cargamentos de volantes con su efigie y el letrero «Caldera Presidente», estampado en verde, los periodistas comprendieron.