Rafael Caldera, el civilista – Mercedes Pulido de Briceño (2011)

 

Volumen 139 de la Biblioteca Biográfica Venezolana de El Nacional /Fundación Bancaribe

Rafael Caldera hizo su aparición en la política venezolana a la muerte de Gómez. Desde entonces despuntó su vocación política. 1936 fue año de intensos debates. El primer año de libertad durante todo el siglo, de modo que la transición que se iniciaba ofrecía un clima propicio, al tiempo que desafiante. La histórica Federación de Estudiantes de Venezuela que en 1928 se había rebelado contra Juan Vicente Gómez, volvió a la escena. Congregaba a todos los universitarios, y en su seno se discutían los asuntos más arduos, como la educación y su papel en la sociedad.

Aquí nació la discrepancia que llevó a un grupo de jóvenes encabezados por Caldera a pasar de la diferencia a la distancia: fundaron la Unión Nacional de Estudiantes, UNE, inspirada en las encíclicas papales Rerum Novarum y Quadragesimo Anno. Bajo el signo de la doctrina católica comenzó la vida política de Caldera y bajo sus principios transcurrió su pasión política. En 1941, fue elegido diputado al Congreso Nacional, y estuvo entre quienes cuestionaron el Tratado de Límites con Colombia. En 1945, la Junta Revolucionaria de Gobierno lo designó Procurador de la Nación, pero el 13 de abril del 46 anunció su renuncia en un mitin en San Cristóbal para ir a dirigir el partido social cristiano recién fundado. Obtuvieron 19 diputados, entre ellos varios clérigos que encendieron los debates como en el siglo XIX.

En 1947, Rafael Caldera compitió con Rómulo Gallegos y Gustavo Machado como candidato presidencial. Mercedes Pulido de Briceño ensaya el retrato del venezolano que ascendió a la presidencia de la República en dos periodos, 1969-1974 y 1994-1999, y ejerció notable influencia en la política desde los primeros tiempos de la democracia.

Simón Alberto Consalvi

 

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